OBITUARIO
Fallece Manolo Porras, uno de
los guardias civiles que más combatió la corrupción en Mallorca
Consternación en la Benemérita de la Isla por la muerte de uno de
sus investigadores más queridos
Luto
en la Guardia
Civil . Ha fallecido a los 63 años de edad Manolo Porras ,
uno de los agentes que más ha combatido la corrupción en Mallorca
en los últimos treinta años. De hecho, el funcionario fue clave en las
investigaciones del 'caso Petrov', 'caso Romanov' y, más recientemente, en la
detención de Bashkim Osmani, presunto capo arrestado en 2022.
Porras nació en Madrid y su
familia era de origen gallego, pero llevaba toda la vida en Mallorca .
De hecho, siempre decía que se sentía mallorquín. En los noventa formó equipo
con los míticos Bartolomé del Amor o Marines Maimó, en el antiguo cuartel de
Peguera y después en Calvià. Tenía una gran habilidad para las relaciones
sociales y en aquel municipio contaba con infinidad de contactos, desde
Portals, a Peguera o Palmanova. De ahí que fuera una pieza clave en el Grupo de
Información.
De hecho, Porras era una de
los investigadores más fiables del Cuerpo : «Cuando empezaba
algo, no paraba hasta que lo acababa. Era muy terco, en el buen sentido de la
palabra», ha recordado este martes uno de sus compañeros. Pero, sobre todo, el
guardia civil era un amigo leal. Que nunca te fallaba. Doy fe. También tenía
«hermanos», como él los llamaba, fuera del Cuerpo. El investigador privado
Carlos Valencia era uno de ellos. «No sé qué haría sin ti», le repetía,
socarrón.
Cuando murió su esposa, hace
unos años, sufrió un durísimo varapalo, que superó con la ayuda de sus tres
hijos, a los que adoraba. La mafia rusa, del Este y la alemana siempre fueron
sus grandes obsesiones y con sus brillantes investigaciones
evitó que muchos de estos peligrosos clanes se asentaran en Mallorca, donde
empezaban a blanquear dinero con hoteles y chalets de lujo.
La muerte de Manolo Porras
deja un vacío irreparable en la Guardia Civil . El agente, un
derroche de amabilidad e inteligencia, en sus últimos meses, no quiso que nadie
se compadeciera de su enfermedad y cuando los amigos le llamábamos estaba igual
de exultante que siempre. O más: «Hombre, qué alegría escucharte. Hoy hace un
día precioso». Quería hablar de todo menos de lo suyo. Porque Manolo siempre
fue así: un señor. Descansa en paz, querido amigo .
Javier Jiménez
05/03/2024
Última hora - Prensa Baleares.
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